La «Ley de Partidos» prohíbe toda coacción o señalamiento por ideas religiosas.
Hay pastores de la República Dominicana que equivocan la labor de difusión de la fe con el ser un ente político y en su andar, comienzan a llevarse el término Iglesia al ocaso, junto a sus propios discursos.
El pastor Carlos Peña inundó las redes de improperios contra el presidente Luis Abinader, mentiras, una arriba de la otra, repleta de palabras inadecuadas desde la boca de un servidor de la Iglesia, procurando impulsar el odio al status cuo con tal de obtener adeptos a su candidatura y por supuesto, incrementar el número de seguidores de su partido.
Otro de los ejemplos lamentables es de quien se vendió como gerente al no funcionarle lo de «pastor» y además de usar métodos inadecuados para imponerse en un proceso en extremo fraudulento de primarias y luego ser parte de un proceso incorrecto de elecciones municipales pero ahora, su actitud repleta de egos detracta todo lo cristianamente posible.
Hay pastores que no entienden que la política es lo suficientemente confusa como ligarse con ella y por desgracia, el paso de estos por los puestos electivos distan de ser adecuados, desprestigiando, con el propio, el rol de hombres de Iglesias.
@Fdo_Buitrago